Sara Vera Nicolás

Siempre he creído en el potencial del ser humano y en su desarrollo integral como persona. A través de la Terapia Centrada en la Persona, he encontrado la mejor forma de ser y estar con otros para su crecimiento personal. La Terapia Centrada en la Persona, pertenece a la Corriente Humanista, es una terapia no directiva, donde el terapeuta interviene como mero facilitador, pues desde esta corriente creemos profundamente que la persona es la única que puede saber, a través de su crecimiento personal, donde están las soluciones a sus inquietudes.

Tengo la certeza que cada persona esconde un potencial maravilloso y que muchas veces nos olvidamos de lo que somos capaces realmente. La Terapia Centrada en la Persona, tiene tres fundamentos a la hora de funcionar; la empatía, la aceptación incondicional y la congruencia del terapeuta con el cliente. Está demostrado que a través de estas tres actitudes se crea una buena alianza terapéutica, donde el cliente se siente cómodo, respetado, no juzgado, escuchado y capaz de desarrollarse plenamente en todos los ámbitos de su vida.

Cada persona y su proceso terapéutico son sagrados. Es un espacio de encuentro profundo con lo que somos, un espacio que da la oportunidad a crecer y a desarrollarnos en un ambiente de seguridad y de confianza.

Siento una invitación profunda al encuentro con cada ser humano y a formar parte de su proceso terapéutico. En mi experiencia personal ha sido a través de esta Terapia Centrada en la persona la mejor forma de llegar al encuentro auténtico conmigo misma, por esta razón, me dedico en cuerpo y alma, a que otras personas lo consigan también.